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¿QUÉ ES LA ATEROSCLEROSIS?

La aterosclerosis es un proceso gradual que se extiende a lo largo de varias décadas y se caracteriza por la obstrucción de diversas arterias del cuerpo, como las carótidas, coronarias, renales, de los miembros inferiores y la aorta. Esto ocurre debido a la formación de estructuras llamadas “placas ateroscleróticas”, que son elevaciones en la pared de las arterias que reducen el espacio interno de los vasos debido a la acumulación de células inflamatorias y lípidos.

¿Qué síntomas provoca la aterosclerosis en los diversos órganos?

Corazón: Las obstrucciones en las arterias coronarias causadas por la aterosclerosis suelen generar un síntoma conocido como angina de pecho o angor pectoris. Este malestar, que puede sentirse como una opresión en el pecho, a veces se extiende a los brazos, la espalda, el cuello, la mandíbula o la boca.

La angina de pecho se desencadena principalmente durante el esfuerzo y desaparece rápidamente con el descanso. Además, puede ser provocada por nervios, frío, relaciones sexuales, comidas copiosas, y otros factores. La intensidad del dolor varía y suele durar solo unos minutos. A menudo, puede ir acompañada de sudoración, falta de aire o mareos. 

 

En casos de infarto o situaciones agudas, el dolor puede ser extremadamente fuerte y prolongado, sin alivio mediante medicamentos. Si se experimenta dolor en el pecho, es crucial no tratar de evaluar por uno mismo si corresponde a una afección cardíaca, sino buscar atención médica de inmediato para que el médico evalúe el origen y la gravedad de los síntomas.

Cerebro: Las obstrucciones en las arterias cerebrales pueden dar lugar a diversos síntomas. Uno de ellos es la pérdida temporal de la visión en un ojo, conocida como “amaurosis fugax” o ceguera fugaz, que ocurre debido a una pequeña embolia de grasa originada por una obstrucción en la carótida.

Asimismo, puede manifestarse la dificultad parcial o total para mover el brazo y la pierna de un mismo lado, y esto puede ser de carácter temporal o permanente. Cuando es permanente, se denomina accidente cerebrovascular o ACV, y cuando es temporal, se conoce como “ataque isquémico transitorio” o AIT. Otros síntomas pueden incluir desmayos, mareos, inestabilidad al caminar, entre otros.

Miembros inferiores: Las obstrucciones en las arterias de las extremidades inferiores provocan lo que se conoce como “claudicación intermitente”. Esta condición se manifiesta como dolor en las pantorrillas o en la zona glútea que obliga a detenerse mientras el paciente está caminando.

Al principio, el dolor puede surgir al caminar entre 500 o 1,000 metros, pero a medida que la enfermedad se agrava, la distancia que el paciente puede caminar sin dolor disminuye progresivamente. Cuando el dolor aparece a los 100 metros o incluso menos, se considera que se debe realizar algún tipo de intervención para solucionar el problema, como angioplastia o cirugía.

En etapas más avanzadas, pueden desarrollarse lesiones o úlceras en los pies que no cicatrizan adecuadamente debido a la falta de flujo sanguíneo.